Con relación a los jóvenes y el aborto, insisto, culpas compartidas por ambos sexos, no tiene desperdicio lo que ha declarado Eva Rodríguez, presidenta de ACAI (Asociación de Clínicas para la Interrupción del Embarazo) : "Hemos dejado atrás la represión, pero no la hemos sustituido por la educación". Añade que las primerizas: "Llevan mal lo del preservativo, no lo saben poner, les da vergüenza comprarlo o le dan una cita en planificación que tarda". Incluso se dice que las chicas son chantajeadas con no llegar a una relación si se utiliza el preservativo. El argumento de las ingenuas, es, según Rodríguez que "confían mucho en su pareja y en su marcha atrás". El tercero es el más incomprensible para Rodríguez Armario, que "se limitan a decir que no creían que no se iban a quedar embarazadas, son las más jóvenes, creen que tienen una especie de protección mágica". Con relación a lo que dije en la anterior entrada de la educación, es ilustrativo e interesante lo siguiente: en la escuela española apenas se habla de sexo. Como si informar fuese lo mismo que incentivar. "La política del avestruz no da ningún resultado, hay que hablar de ello, el puritanismo no nos llevará a mejores datos", sostiene la demógrafa del CSIC, Margarita Delgado. Marginar la sexualidad en la educación lógicamente no impide que los jóvenes la exploren a edades cada vez más tempranas, favorecidos también por su precocidad biológica -la nutrición ha adelantado la menstruación en las niñas un promedio de dos años en comparación con dos siglos atrás-. Según el Estudio sobre Hábitos de Vida y Salud entre Adolescentes (HBSC), una encuesta internacional apoyada por la OMS, el 14,8% de las chicas españolas de 15 años y el 18% de los chicos aseguraron que habían tenido relaciones sexuales coitales.
sábado, 22 de diciembre de 2007
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