Los centros madrileños se estan encontrando, según ellos mismos, acosados por parte de las órdenes del gobierno autonómico, popular. En qué se está convirtiendo este caso de abortos ilegales, que se inició en Barcelona, una oleada de inspecciones según El País, pero un acoso por parte de los médicos. La sentencia de la juez en Barcelona ha sido rotunda: cárcel sin fianza para los dos psiquiatras de las clínicas Carlos Morín, entre otros. Después de haberse comprobado que falsificaban informes para justificar abortos ilegales, los de los centros madrileños se rasgan las vestiduras por los controles que se hacen criminalizando, según Eva Rodríguez, Presidenta de la asociación de clínicas de aborto ACAI. Este es un tema que no puede politizarse ni diluirse en cruces de acusaciones ni entre Zapatero y Rajoy, ni menos entre los centros y los políticos. Es una problemática de carácter metafísico prácticamente, puesto que lo que está en juego es la vida de muchas personas. Si bien para algunos la legislación al respecto es bastante amplia, pues el paraguas del aborto en España da cabida a tres supuestos, uno de los cuales es que la madre vaya a sufrir consecuencias psíquicas, que ya es suficiente; hay para quienes habría que hacerlo más extensivo, y ampliar el margen de interrupción del embarazo hasta las veinticuatro semanas. Desde las asociaciones a favor del aborto llega esta petición. Éticamente es denigrante la cantidad de abortos que se dan, que va en aumento, ligado a que más jóvenes se quedan embarazadas, las cuales no toman precauciones. Es curioso comprobar como en plena etapa de la comunicación de masas los jóvenes y las jóvenes no poseen la información necesaria que es tan simple. También hay muchos factores que han propiciado, al final, los casos de las clínicas abortivas fraudulentas, a saber, la perdida de peso de la religión, de la familia, de la escuela, de esas instituciones en los adolescentes. Mas al final lo importante no es tanto que clínicas sean investigadas hasta la saciedad, o que practiquen abortos ilegales, sino que los padres de esa criatura echada a la papelera, que ya es una persona, lo deseen. Estando a favor del aborto, del que marca la Constitución en sus reales decretos, se estará de acuerdo conmigo en que la sociedad tiene un problema con el aumento de demandas de interrupción del embarazo. Esto me recuerda a la eutanasia: se estará de acuerdo al ver "Mar Adentro" de Amenábar en que su protagonista merecía decidir sobre su futuro. Sin embargo, no podemos darles, ni en este caso ni en el tema del aborto, la facilidad a los médicos o a ginecólogos para que asesinen. Una vez se legalizó la eutanasia en estados europeos más progresistas como Holanda se registraron los mismos problemas que en nuestro caso de las clínicas abortivas. Una vez se legaliza el aborto, la eutanasia, donde estan los límites tan abstractos, tan difusos. ¿Lo debe marcar la ley? ¿Es mejor legalizarlo? Muchas incógnitas para un tema peliagudo, pero un poco de concienciación por parte de la sociedad en lo que es un aborto, despejaría un poco esas dudas. Sucede que en la sociedad del consumismo y de la comodidad, del individualismo y de la soltería, está muy fácil abortar, visto desde el egoísmo.
sábado, 22 de diciembre de 2007
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